Hace unos días, el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (INTECO), hacía público un “Estudio sobre cloud computing en el sector público en España”. El objetivo del estudio es conocer el posicionamiento y percepción de las entidades públicas españolas respecto al “cloud computing” en términos de: conocimiento y uso, modelo de decisión sobre la adopción, resultado de implantación e intención de uso futuro.

Cloud Computing es un modelo de computación que permite desde cualquier lugar y de un modo práctico, el acceso bajo demanda y a través de la red a un conjunto de recursos informáticos configurables compartidos (redes, servidores, equipos de almacenamiento, aplicaciones y servicios), los cuales pueden ser rápidamente aprovisionados y liberados tras esfuerzos de gestión mínimos y poca interacción con el proveedor.

Las fortalezas de este modelo son: ahorro económico, concentración y fortalecimiento de la gestión de la seguridad, flexibilidad en la gestión de la variabilidad de la demanda, disponibilidad de servicios, accesibilidad y movilidad, etc.

Las debilidades son: inexistencia de procedimientos específicos para la contratación de estos servicios, problema de gobernanza en el proceso de transformación hacia servicios compartidos, deslocalización de la información y pérdida de control, dependencia del proveedor, falta de amortización de recursos TI, falta de ancho de banda en determinadas localizaciones, etc.

Conclusiones del estudio:

– La extensión de la “la nube” entre las entidades del sector público español es todavía limitada, y es más frecuente entre administraciones locales que entre organismos de ámbito autonómico o estatal.

– El modelo de despliegue más habitual es el privado.

– Las motivaciones para contratar este tipo de servicios por parte de las administraciones públicas son la búsqueda de ahorro, eficiencia y sencillez.

– Las entidades públicas, antes de saltar a “la nube”, hacen un análisis jurídico que tiene en cuenta, sobre todo, la legislación sobre protección de datos.

– Se perciben como beneficios del modelo, el ahorro en tiempo y costes, y como principales dificultades, cuestiones de integridad de servicios y datos.

– Consideran “la nube” como una ventaja tecnológica y, sobre todo, operativa.

– Las administraciones que ya usan este modelo, tienen intención de seguir trabajando en la nube y recomendarán su uso a otras instituciones.

– Las administraciones que no están en “la nube”, se muestran más recelosas, pocas tienen intención de incorporar soluciones tecnológicas y, de ellas, son minoría quienes lo harán en modo “cloud”.